Finalmente, vio la luz el prototipo final, fruto de intensas jornadas de conversación donde redoblamos nuestros esfuerzos para llegar a acuerdos que dejaran satisfechas las expectativas de quienes componemos el Laboratorio. No fue una tarea fácil, porque además de los intereses individuales, debíamos cumplir con el objetivo principal de crear un artefacto de participación ciudadana dinámico que invite a la interacción sobre el futuro de la ciudad de Viña del Mar.
El diseño finalmente quedó compuesto por un carro, dos módulos y una cámara oscura tubular.
En el módulo A, llamado “El Urbanista”, se plantea un juego de rol donde se invitará a las personas a ejercer el rol de urbanistas que deberán tomar decisiones fundamentales a la hora de pensar la ciudad, como el tipo de desarrollador que preferirían ser, si priorizar el espacio público o el espacio privado, el tipo de movilidad que favorecerán, etc. Creemos que la ciudadanía en general no ha realizado el ejercicio de diseñar la ciudad que habita e incluso no existe un conocimiento generalizado de la existencia de personas que se dedican a eso. Nuestro interés es generar la reflexión sobre ¿Quién está pensando la ciudad donde vivo? ¿Tengo algo que decir al respecto?.
Además de lo anterior, el módulo A también contiene una cámara oscura para el visionado de un video animado realizado por integrantes del Laboratorio que cuenta, en forma de narración infantil, el potencial rol que tienen las bacterias como saneadoras de la tierra, particularmente en el proceso de biorremediación que se llevará a cabo en Las Salinas. Luego de este visionado, los niños y niñas participarán de un tiro al blanco donde quienes acierten a los “agentes contaminantes” se llevarán un pequeño premio.
En el módulo B, llamado “Querida Viña del Mar” la invitación es a escribir una breve carta a la ciudad utilizando una máquina de escribir. Un ejercicio necesario que se transforma en una experiencia significativa al acercar un objeto antiguo a personas que nunca han interactuado con él o traer recuerdos a quienes lo hicieron durante su niñez y juventud.
La cámara oscura tubular contiene un experiencia artística titulada “danza microscópica” donde niñas, niños y adultos pueden observar una representación flúor del mundo de los microbios desde una mirada del arte textil. La cámara está acompañada del siguiente texto: “Maestras de la invisibilidad, desempeñan papeles cruciales en la salud humana y la sostenibilidad del planeta. En la danza microscópica, las bacterias tejen vida y armonía.
– Digestión, transformación, descomposición – su obra silenciosa sostiene la sinfonía vital del planeta. Sumérgete”.
Para finalizar, en la cara delantera hay una mesa con un plano imantado del terreno Las Salinas, en el que las personas tendrán la oportunidad de zonificar el paño de acuerdo a la máxima “40% de espacios de uso público”, donde tendrán que priorizar qué tipo de espacios les gustaría que existieran en el futuro proyecto urbano, respetando las reflexiones colectivas e individuales realizadas en las actividades de los módulos anteriores.